Comienza el curso y os traigo una propuesta interesante para vuestras aulas que podéis aplicar desde este mismo momento.
Si alguno se ha interesado por la acústica alguna vez seguro que ha oído el famoso mito del uso de hueveras para insonorizar un espacio. Esto no podría ser más poco acertado. Las hueveras NO insonorizan, pero sí que pueden valer como difusores. Los difusores son unos elementos rugosos, normalmente en forma de paneles o láminas, que modifican la acústica de una sala cambiando la cantidad de eco y reverberación que hay en ella. Paradójicamente las aulas en las que solemos trabajar los profesores de Música no están tratadas acústicamente. Lograr un buen espacio de trabajo en el que varias personas puedan tocar a la vez sin que el sonido “se haga bola” (lo que implica que haya poco eco y reverberación) y no moleste a nadie de fuera es algo que requiere tiempo y una gran inversión de dinero. No obstante, existen soluciones económicas con las que lograr parte del tratamiento acústico. Las hueveras son una de ellas.
Pero colocar estos cartones sin más no asegura un gran cambio en el aula; esto va a depender del tamaño de la sala, del número, forma y grosor de las hueveras y dónde las coloquemos. Para este proyecto se fueron recopilando cartones de hueveras cuadrados de 20 huevos hablando con polleros que nos las daban encantados, ya que a ellos ya no les servían para nada. Con el tiempo, se recogieron más de 100 hueveras que cada niño de forma voluntaria se llevaba a casa para pintar de un color. Ya sólo quedaba colocarlas. Con una pistola de pegamento, una escalera y mucha paciencia las paredes del aula de Música fueron modificando su rugosidad con hueveras en el techo y las paredes y la acústica mejoró notablemente. Ahora nos escuchamos mejor al hablar y al tocar. La voz del profe ya no se pierde en un mar de reverberación de tal forma que sólo le escuchan los que están cerca de él y a la hora de tocar todos el sonido se hace mucho menos bola.
Aunque el resultado no fue 100% el esperado, el proyecto, que llevó un curso entero, ha merecido la pena y ahora disfrutamos de una nueva aula de Música además de haber aprendido unas cuántas cosas sobre acústica. Os invito a que llenéis de hueveras vuestras aulas y contrastéis los resultados.
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